Es frecuente ver que se alabe y considere al que más brillo ostente,al que haya conseguido más logros, sean deportivos, científicos, comerciales, militares etc. Consecuentemente con ello , la exaltación de la persona, como si de ella dependieran los logros y el éxito.
Nada más lejano de la verdad.
Nada más lejano del espíritu cristiano claramente reflejado por Pablo en 2 Corintios 4:7"..Pero tenemos este tesoro en vasos de barro,para que la excelencia del poder sea de Dios y no de nosotros"
Somos vasijas frágiles, comunes y vulnerables pero recipientes útiles, contenedores del poder y la gloria de Dios, utilizados por El para sus fines santos.
Nadie es más.
Nadie es menos. Todos somos vasijas en manos del Alfarero.
Cuenta una parábola de la India que una persona utilizaba dos vasijas para ir diariamente hasta el río a buscar agua para su amo. Para ese fin utilizaba dos vasijas atadas cada una al extremo de una gruesa caña la cual colgaba sobre sus hombros, quedando estas suspendidas a derecha e izquierda.
Una de esas vasijas estaba rajada, la otra era perfecta y siempre entregaba la porción completa de agua con la que había sido cargada.
La otra en cambio,llegaba a su destino con la mitad de la carga.
Durante años enteros ocurrió esto, y el hombre,al final del viaje entregaba a su amo solo una vasija y media de agua.
Por supuesto, la vasija perfecta estaba orgullosa de sus logros en relación a la otra, ya que cumplía acabadamente con los objetivos para los que había sido creada.
La otra vasija en cambio estaba muy apesadumbrada y avergonzada de su pobre desempeño, y luego de dos años de lo que percibía como un amargo fracaso decidió hablarle a su portador y pedirle disculpas.
¿De qué te sientes avergonzada? le preguntó el hombre.
" Durante estos años solo he podido entregar la mitad del agua con la que me has llenado, por que la pierdo por el camino goteando por la grieta que tengo, y debido a mis defectos tu tienes que hacer más trabajo y tu esfuerzo no luce".
El portador sintió compasión por la vasija y le dijo:" Cuando regresemos a la casa, quiero que prestes atención al camino,así lo hizo,pero al llegar todavía se encontraba apesadumbrada por su bajo rendimiento.
Entonces el portador le dijo "¿Has notado que solo de tu lado del camino había flores, pero del lado de la otra vasija no?Eso es por que yo siempre supe que tenías un defecto y me aproveché de él, eché semillas de tu lado del camino, y todos los días en el camino de regreso tu las has estado regando, y por eso pude embellecer la casa de mi amo,que de no ser por lo que tu llamas defecto no tendría esas bellas flores.
La figura de las vasijas de barro quebradizas es utilizada por Pablo una vez más en 2 Corintios 12:9, para mostrarnos que los logros son del Señor.." y me hadicho: bástate mi gracia por que mi poder se perfecciona en la debilidad. Por lo tanto, gustosamente haré alarde de mis debilidades, para que permanezca sobre mí el poder de Cristo".
La gloria de Dios se escurre por nuestras rajaduras.
Este es el verdadero motor que debe potenciar nuestra autoestima,saber que Dios se manifiesta en nuestra debilidad.
Que nadie se sienta menos por que no brilla como quiere el mundo,no son esos los parámetros de Dios, el Señor se complace en un corazón humilde y glorifica nuestra debilidad.
Pastor Rubén Pagano
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